Hace un tiempo conté cómo surgió el mundo de los Incursores y ahora voy a comentar cómo tuve que luchar contra unos de mis personajes, porque el muy puñetero era tan cerrado que ni a mí, que era su creadora, me dejaba ahondar en su personalidad.
¿Por qué diablos haces nigromancia, puñetero elfo?
Desde el primer momento en que apareció Sombra en Incursores de la noche, supe que tenía una historia interesante detrás. Pero me encontré con un problema: era un personaje tan opaco que no veía por dónde meter mano. Al final, encontré un punto débil en su armadura: su amistad (más que amistad) con el clérigo Amanecer y su interés científico en la magia y la tecnología, pero eso era suficiente para entender su presente, no su pasado.
Estuve mucho tiempo en un punto muerto, que aproveché para ahondar en cómo funcionaba la nigromancia y el potencial de los experimentos de Sombra, pero eso solo me permitía seguir con el presente sin conocer su pasado y era el pasado de ese puñetero elfo nigromante lo que más me interesaba.
Finalmente, me percaté de que en el mundo de los Incursores todos los elfos tienen que tener un seleen inima. Pero que la práctica de la nigromancia complicaría muchísimo el asunto. Así apareció Eithoniel, lo que me dio un hilo del que tirar. Como ella le odiaba, el presente daba mucho juego y, siendo ella mucho más fácil de conocer, pude ahondar hasta llegar a ese momento de pasado común en que Sombra era un elfo con potencial que nada tenía que ver con la magia oscura.
Un libro a dos colores
Una vez que tuve a Eithoniel en el punto de mira, me encontré con dos hilos argumentales distintos: el del pasado, antes incluso de la Gran Invasión, y el del presente, después de los acontecimientos de Incursores de la noche. Pronto me di cuenta de que, para avanzar con uno de los hilos, debía avanzar con el otro en paralelo, porque los hechos del pasado condicionaban los del presente. Por eso tomé la decisión de escribir el libro a dos colores: oscuro para el pasado, que se narraría antes de cada capítulo, claro para el presente.
Gracias a todo eso, el libro de Incursores del ocaso y el mundo de los Incursores ganaron una gran complejidad de la que me siento muy orgullosa. Y, lo más importante, por fin pude conocer a mi personaje… y hacerle feliz. Por supuesto, mientras profundizaba en él también salieron algunas cosas de otros personajes a los que me gustaría conocer mejor… pero eso lo dejaré para más adelante.
Muy agradecido, esta lectura me ha abierto varias ventanas en mi cueva de invierno, muchas gracias
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