Aunque cada vez diversifico más mis contenidos, está claro que los libros (especialmente los que leo, pero también los que escribo) son uno de los ejes centrales de mi vida digital. Algunos me han preguntado cómo entré en este mundillo, así que hago esta entrada para compartir cómo he acabado en este punto.
Antes del primer blog…
… ya había empezado escribiendo algunos relatos, tanto para concursos en el colegio como para mí misma. Incluso me atreví a mandar algunos de ellos a una revista digital, MiNatura, donde fueron publicados, lo que me animó bastante. Así que comencé a mandar relatos a concursos literarios. Quedé finalista en algunos, aunque no gané y empecé a acumularlos.
Y luego llegó el blog
Ya he contado por qué lo abrí y qué salió de ahí en esta entrada, así que no me repetiré. Pero el caso es que me hizo gracia el tema de los blogs y, como me daba pena que muchos de esos relatos que habían quedado olvidados tras los concursos no vieran la luz, decidí crear otro: escribolee.
El caso es que este otro blog sí que era más visitado, y yo comencé a visitar los blogs de mis visitantes. Poco a poco fui conociendo a gente del mundillo y caí en el proyecto de Adictos a la escritura, donde se creó una comunidad fantástica de escritores que nos ayudábamos a mejorar mutuamente. Lástima que empezara a entrar cada vez más gente interesada y que acabara por disolverse.
Pero bueno, el caso es que empezamos a hacer cosillas interesantes y cada vez me fui metiendo más y más en el mundillo de los escritores, participando en antologías y en todo tipo de iniciativas. Una cosa llevó a la otra y al final acabé publicando mis primeros libros. Se viralizaron y poco a poco fui consiguiendo unos cuantos lectores fieles que valoraban la calidad de mis escritos.
… y otro blog
También empecé a conocer blogs de reseñas y a comentar en ellos. Me hice amiga de muchos de los blogueros y además mis lectores comenzaron a preguntarme si había leído este libro o este otro, o a pedirme recomendaciones.
Hice una lista de recomendaciones en escribolee, pero se quedaba corta. Además, no hay que desdeñar las ventajas de tener un diario de lecturas cuando lees una media de 150 al año. Así que abrí escriboleeo.
De ahí a empezar a ir a presentaciones solo había un paso. Y al final acabé aceptando también reseñar en Anika entre libros, sin descuidar escriboleeo. Pronto, acabé metida en todos los saraos literarios con los que me topaba y mi nombre empezó a sonar en bastantes sitios. Tenía el blog de relatos, varios libros publicados, el blog de reseñas… y muchos malos rollos.
Hora de dar marcha atrás
Esto también lo conté cuando hablé de por qué paso de promocionar mis novelas, así que no me extenderé demasiado. Basta decir que consideré que cortar por lo sano era la mejor opción. Por eso empecé a descolgarme del mundillo literario y ahora, aunque sigo con mis libros, mis relatos y mis reseñas, lo hago a otro ritmo, disfrutándolo y cultivando solo las relaciones constructivas. Eso hace que deje de estar en el centro de todo, pero no por ello he dejado de estar presente y de meterme en algún fregado interesante. Un equilibrio perfecto ^^.
Y esta es la historia de cómo entré en el mundo literario.