Nan había jugado un juego peligroso. Pertenecía a las Fuerzas de Seguridad de la Burbuja, pero había aceptado sobresueldos de una de las Empresas Religiosas que dominaban la ciudad extraoficialmente. Eso no solo engrosó su cuenta de créditos, sino que además le hizo manejar información privilegiada que pudo vender a una segunda empresa. Y el…